En 2010, 23 países llevaron a cabo ejecuciones. "Es la forma más extrema de tortura", denuncia Aministía Internacional en el Día Mundial contra la Pena de Muerte
Crédito foto: AFP
Un total de 31 países han abolido la pena de muerte en los últimos diez años, pero en el último año todavía 67 países impusieron condenas a muerte.
Muchas de las personas condenadas a muerte o ejecutadas en el mundo fueron declaradas culpables a raíz "confesiones" obtenidas bajo tortura o coacción. Esto ha sucedido en Arabia Saudita, China, Emiratos Árabes Unidos, Guinea Ecuatorial, Irán, Japón, Sudán, Taiwan y Yemen.
La organización menciona el caso del japonés Hakadama Iwao, que lleva 43 años esperando ser ejecutado en Japón. "Es el preso que lleva más tiempo esperando ser ejecutado en Japón y en todo el mundo", cuenta la institución. "Durante 43 años, se le ha prohibido, como al resto de los reclusos, hablar con otros presos, ver la televisión, leer o dedicarse a intereses o aficiones personales".
En 1966, Iwao fue declarado culpable de asesinar al jefe de la fábrica en la que trabajaba, a su esposa y a dos de sus hijos. En un primer momento, el japonés confesó su culpabilidad, pero pasados unos días se retractó y alegó que había sido sometido, durante más de veinte días, a un interrogatorio policial sin la presencia de un abogado. Bajo tortura, fue obligado a firmar una declaración.
Hasta 400 personas podrían haber sido ejecutadas desde 1991 en Bielorrusia, que es el único país de Europa y de la antigua Unión Soviética donde todavía esta práctica se lleva a cabo.
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